Amor incondicional


Necesito su sonrisa inocente de cada mañana para poder poner los pies en el suelo de este mundo tan infectado y purulento de codicia y maldad.
Adoro sentir el olor de su piel, ese olor a inocencia que hace que cada día merezca la pena y te hace darle a la vida una nueva oportunidad.
Ansío sus besos llenos de babas, pero ofrecidos con todo el amor y la mayor bondad que puedan existir.
¿Cómo se puede amar tan incondicionalmente a alguien a quien sólo conoces desde hace apenas año y medio? Qué pregunta tan tonta, pues aún no le había visto la carita y ya lo quería más que a mi propia vida...
No quiero ni imaginarme lo que debe sentir su querida madre por él si yo, que soy su tía, siento tal adoración por un ser que no levanta ni un metro del suelo. Es tan grande que de pensarlo casi duelen las entrañas.
Anhelo que llegue el día en que, de pronto, note cómo un ser chiquitito se mueva dentro de mi vientre, nadando dentro de mi, acurrucadito, caliente, feliz, notando los latidos de mi corazón, escuchando mi voz, oyendo las nanas que le canto... y cuando por fin lo conozca... mi vida jamás volverá a ser la misma, ya no. Ahora hay un trocito de mi en el mundo que se va a convertir en el centro de mi universo, a partir de ahora todo girará en torno a él. Colmará de felicidad muchos días de mi vida, otros tantos serán de preocupación e inseguridad, pero seguro habrán merecido la pena, pues no hay ser en este mundo con mayor capacidad de amar que una madre.

1 comentarios:

Mhalicia dijo...

cuánta belleza simplemente en un pequeño relato/escrito, tú eres amor baby

Publicar un comentario

Datos personales

Seguidores

Archivo del blog