Motores
Algunos sentimientos funcionan como verdaderos motores, pues provocan en quien los siente la necesidad de hacer algo. Muy a mi pesar, mi motor es la tristeza.
No ha sido fácil iniciarme en esta aventura incierta de desnudarme con mis palabras para que, quien guste, lea lo que me apena, lo que me hace feliz... en definitiva, el motor que mueve mis actos.
Bien es cierto que esto mismo lo podría hacer con un diario de los de toda la vida. No obstante, el hecho de que pueda haber alguien leyendo ahí detrás, es quizá un ápice de esperanza que me reconforta cuando me encuentro sola, aún estando rodeada de gente.
Con todo, no pretendo que nadie me comprenda, ni tan siquiera que estén de acuerdo, es sólo una pequeñísima válvula de escape, un aspirador que recoge los restos de polvo de hada que caen tras batir mis alas...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario